Reacciones a los informes del IPCC

Reacciones a los informes del IPCC

Luis Ruano
Ingeniero

El último informe del IPCC es una letanía de promesas incumplidas sobre el clima. Algunos líderes políticos y económicos dicen una cosa y hacen otra. Mienten. Es hora de dejar de quemar nuestro planeta. (António Guterres, secretario general de la ONU).
IPCC son las siglas del Intergovernmental Panel on Climate Change, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático en español. Es un organismo de la Naciones Unidas creado en 1988 para facilitar a los gobiernos evaluaciones científicas del cambio climático. Sus informes se refieren al estado del conocimiento sobre la evolución del clima, su impacto económico y social, y las posibles estrategias para evitar, limitar o adaptarse a los efectos negativos.En 2007 recibió el Premio Nobel de la Paz, conjuntamente con el ex vicepresidente los Estados Unidos Al Gore. IPCC realizó el trabajo científico y Al Gore el de concienciación sobre medio ambiente, aunque los medios de comunicación solo destacaron el nombre del político y eso es lo que quedó en la imaginación de los ciudadanos.
En estos años el IPCC ha elaborado 5 ciclos de informes de evaluación. Ya se han publicado algunos del sexto ciclo, que concluirá en septiembre de 2022. Todos ellos pueden consultarse en https://www.ipcc.ch/reports/. Algunos se traducen al español con un cierto retraso https://www.ipcc.ch/languages-2/spanish/.
Informe tras informe, los hechos son cada vez más evidentes, en terminología científica, el grado de confianza en las conclusiones es cada vez mayor (“high confidence”):

  • El cambio climático está siendo cada vez más rápido, afecta a la economía y a las personas, y supera las capacidades de adaptación.
  • El cambio climático es debido fundamentalmente a la acción humana, siendo el factor principal la emisión de gases de efecto invernadero por el empleo de combustibles fósiles.
  • Para no llegar a una situación incontrolable es preciso alcanzar el pico de emisiones antes de 2025.

 
La ONU acordó celebrar una conferencia anual de los gobiernos dedicada exclusivamente a este tema, conocida como Cumbre del Clima o COP (Conference of the Parties). La primera, COP1, tuvo lugar en 1995 en Berlín. Las más relevantes por los acuerdo alcanzados fueron COP3 (Kioto 1997) y COP21 (París 2015). La última, COP26, tuvo lugar en noviembre de 2021 en Glasgow. Los acuerdos siempre han sido difíciles de alcanzar y se han quedado cortos para juicio de muchos, pero los resultados prácticos han sido bastante decepcionantes porque naciones importantes se descuelgan de los acuerdos, o simplemente incumplen los compromisos adquiridos. Así, no es de extrañar que los informes del IPCC sean cada vez más alarmantes. El último, elaborado por el grupo de trabajo 3 dentro del sexto ciclo, se hizo público el 4 de abril de este año 2022, y mereció el siguiente juicio del secretario general de la ONU, António Guterres, expresado en twitter:
The latest @IPCC_CH report is a litany of broken climate promises. Some government&business leaders are saying one thing, but doing another. They are lying. It is time to stop burning our planet.
Es decir, el último informe del IPCC es una letanía de promesas incumplidas sobre el clima. Algunos líderes políticos y económicos dicen una cosa y hacen otra. Mienten. Es hora de dejar de quemar nuestro planeta.
“No mires arriba” (Don’t look up) es una película reciente que trata del descubrimiento de un cometa que en pocos meses impactará sobre la Tierra, lo cual provocará la extinción de la vida. Los intereses políticos y económicos se anteponen a la amenaza, ante la desesperación de los científicos. Y aunque pueda explicarse la realidad en medios de comunicación y redes sociales, los poderes fácticos tienen medios para crear dudas, intoxicar y desinformar, de manera que, así como hay ciudadanos que “miran arriba”, ven el cometa y se preocupan, hay muchos otros que confían en su gobierno, “miran abajo” y se despreocupan, ignorando que están amenazados por una destrucción total.
Muy poco después de la firma de los acuerdos de Glasgow (COP26), podría decirse que con la tinta aún sin secar, el premier británico Boris Johnson ha anunciado un cambio en la política energética de su país, renunciando al impulso prometido a la energía eólica y apostando por la perforación de nuevos pozos de petróleo y gas, la instalación de nuevas centrales nucleares y la suspensión de la moratoria sobre el fracking. Estas medidas comprometen el objetivo acordado de reducir las emisiones un 68% el 2030, pero Johnson responde a los intereses de las empresas energéticas, e intenta ganarse el favor de sus votantes argumentando que es la manera de rebajar el precio de la gasolina y la factura de la luz.
Con este panorama no es necesario el impacto de un cometa para causar la apocalipsis, ya nos cuidamos nosotros de alimentar al monstruo.

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