Actores estratégicos y gobernanza en Colombia

Desde el inicio de su segundo periodo presidencial (2006-2010), el Presidente de los Colombianos ha mantenido un peligroso divorcio y agrio enfrentamiento con diferentes actores estratégicos (defensores de derechos humanos, legisladores, Magistrados de los Tribunales de justicia, Presidentes de países vecinos, periodistas, Organizaciones internacionales, entre otros), por cuenta de hechos derivados del manejo de la guerrilla, paramilitares y narcotráfico (actores de la autonomización de las acciones sociales). La institucionalidad que nunca ha sido consistente ahora es diluyente, situación que pone en peligro e incertidumbre no solamente el proceso político e institucional de ese país sino también las relaciones con los demás países de la región.
El presente trabajo tiene como objetivo determinar que efectos produce la Gobernanza de la autonomización de las acciones sociales de Colombia en la situación geopolítica de la región. Colombia se escoge como objeto de estudio porque tiene el escenario propicio para contrastar los fundamentos teóricos de la gobernanza, puesto que es un país caracterizado por unas deficitarias redes de interacción y colaboración entre los actores gubernamentales, privados y de la sociedad civil.
El trabajo se estructura en dos capítulos de la siguiente manera:
En el primer capitulo se exponen los planteamientos teóricos de la Gobernanza, necesarios para abordar en los siguientes capítulos la aproximación gradual al objeto de estudio. El texto del capitulo no trata de hacer una revisión exhaustiva de la literatura de gobernanza sino un rápido recorrido sobre los elementos claves de este concepto que mas adelante serán útiles para reflexionar sobre el caso colombiano. Por ello, en primera instancia nos referiremos a los elementos fundamentales que mueven la gobernanza, teniendo en cuenta el papel de los actores estratégicos como instancia de bloqueo o ayuda en la toma de decisiones.
El segundo capitulo se hace una descripción del mapa de actores estratégicos del país y su interrelación, con especial énfasis en los provenientes de la autonomización de las acciones sociales para entender el porqué ésta dinámica termina afectando la geopolítica de la región, culminando con la perspectiva de la difícil situación diplomática que vive Colombia.
 1. El Concepto de Gobernanza.
Sus raíces teóricas son variadas: la economía institucional, las relaciones institucionales, los estudios sobre organización, los estudios del desarrollo, así como la ciencia política y la gestión pública. Sin duda se trata de un término paraguas que ha sufrido un gran estiramiento conceptual hasta incluir una gran variedad de fenómenos y aplicarse a ámbitos muy diferentes. En efecto el estudio de la Gobernanza es multidireccional y se ha asociado a diferentes ámbitos, modalidades de actores y diferentes niveles de gobierno (local subnacional, nacional y supranacional) con el fin de estudiar patrones, estructuras y reglas del juego que facilitan o limitan la articulación e interacción política (Natera, 2004).
El concepto de gobernanza se atribuye a los nuevos métodos de gobernación que se vienen asumiendo, no como una manera de desconocer a las formas anteriores de gestionar los asuntos públicos (burocracia y gerencia) sino como un complemento, modulación y reequilibrio de las mismas. En ese orden de ideas, el proceso de globalización actual esta añadiendo una complejidad de elementos con repercusiones pronunciadas en los nuevos caminos que debe tomar el accionar publico, principalmente en los desafíos que tiene para afrontar las nuevas problemáticas y los nuevos actores antes no contemplados en los tradicionales esquemas de gestión. Según Prats (2007) La justificación del accionar de la gobernanza de esta época radica en que los gobiernos no son los únicos actores que enfrentan las grandes cuestiones sociales; estos también son desafíos para las organizaciones de la sociedad civil y las empresas. En estas condiciones de complejidad, diversidad interdependencia y dinamismo planteadas por la globalización, la realización de los intereses generales ya no puede ser del monopolio de los poderes públicos. Estos continúan siendo los únicos titulares formalmente legítimos y decisorios, pero su acción solo resulta eficaz y legitima cuando consiguen que la decisión y su ejecución sean el resultado de una interacción entre los poderes públicos el sector empresarial y las organizaciones de la sociedad civil, lo cual se convierte en la clave del buen gobierno de nuestra época, es decir de la gobernanza.
Siguiendo a Prats (2005), este referencia que desde mediados de la década de los noventa en la Unión Europea ha venido creciendo el consenso que la eficacia y la legitimidad del actuar publico se fundamenta en la calidad de las interacciones entre los distintos niveles de gobierno y entre estos y las organizaciones empresariales y de la sociedad civil. Las nuevas formas de gobernar en este ámbito son conocidas como Gobernanza, gobierno relacional entre otras acepciones aludiendo también en el lenguaje político y administrativo al gobierno emprendedor y al gobierno socio o facilitador. Significa ello, que en Europa es un concepto que suscita mucho interés, hasta el punto de hablarse de la gobernanza de la integración europea para significar un sistema de gobierno multinivel en el que la autoridad publica se dispersa entre los diferentes niveles gubernamentales y adopta formas diferentes en función de cada sector de políticas.
Para Chaques y Palau : La gobernanza quiere expresar algo más amplio que el gobierno entendido como el ejercicio del poder por parte del Estado, los gobernantes y lideres políticos. Supone una ruptura con el modelo de Estado tradicional, jerárquico y centralizado. El Estado sigue ocupando un papel predominante en el proceso político, pero pierde parte de su autonomía tanto en el ámbito nacional como supranacional, para tomar decisiones y gestionar asuntos públicos al margen de otros actores como las organizaciones internacionales, grupos de interés, organizaciones no gubernamentales, medios de comunicación.
En este trabajo definimos la Gobernanza como las instituciones y reglas que fijan los límites y los incentivos para la constitución y el funcionamiento de redes interdependientes de actores: Gubernamentales, del sector privado y de la sociedad civil. La interdependencia entre los actores es inherente y crucial para el concepto de Gobernanza. En las sociedades actuales la formulación de políticas y la toma de decisiones publicas, especialmente cuando tienen carácter estratégico, ya no se puede hacer de manera unilateral o mediante modelos jerárquicos y cerrados. Los actores con mayor incidencia en la estructura de la gobernanza son conocidos como actor estratégico.
Por ello, reviste importancia para este trabajo desarrollar el concepto de Actor Estratégico, el cual comprende todo actor con recursos de poder y consistencia suficiente para ejercer una influencia relevante y potencialmente poder de veto sobre la toma y aplicación de decisiones por parte de la autoridad. Estos actores no han de ser necesariamente políticos, sino que pueden ser también económicos, sociales, mediáticos, internacionales, militares, entre otros (Prats, 2002).
Los recursos desplegados por estos actores en la consecución de sus objetivos pueden ser en términos generales: los cargos públicos, las ideas e información, factores de producción (trabajo, tecnología, materias primas junto con el capital), fuerza violenta, grupos de activistas, autoridad moral. Cada recurso tiene un grupo prototipo asociado que es: el gobierno con la burocracia y los cargos públicos, los tecnócratas y los medios de comunicación con las ideas y la información, las empresas con los factores de producción, el ejercito y la policía con la fuerza violenta, los partidos políticos con los activistas, y la autoridad moral con la iglesia. Sin embargo, algunos grupos derivan su poder de más de un recurso: los partidos cuentan con activistas, ideas, autoridad moral (cuando son respetados) y los cargos públicos (cuando están en el gobierno); el gobierno cuenta con todos los recursos posibles en un momento o en otro. Cualquier grupo que controle uno o más de estos recursos es potencialmente un actor estratégico. Pero su poder también depende de la solidez del grupo, o del grado en el cual los miembros individuales o los subgrupos que los componen se comportan como un bloque solidó (Coppedge, 1996).
2. La Gobernanza de la Autonomización de las Acciones Sociales
Colombia es un país caracterizado desde la segunda mitad del siglo XX por un conflicto interno derivado de la debilidad institucional y del deficitario manejo de una matriz de intereses y de respuesta gubernamental a las necesidades ciudadanas, evidenciada en una dinámica excluyente incapaz de aglutinar nuevos actores, propiciando de paso la autonomización de las acciones sociales con agentes reivindicatorios de hecho como la guerrilla, paramilitares y el narcotráfico.
La promesa de Álvaro Uribe de ganar la guerra colombiana lo llevo a la presidencia de manera consecutiva en dos periodos, con votaciones arrolladoras, en un escenario de recuperación económica regional de la que Colombia no fue la excepción. Su gobierno, tercero en el mundo en asistencia militar estadounidense, mantiene a las guerrillas izquierdistas a raya de los centros urbanos, disminuido el secuestro y despejadas las principales carreteras, lo que aumento la percepción de seguridad y atrajo inversión. Logró la polémica desmovilización de un grueso sector del paramilitarismo ultraderechista, comandado por capos del narcotráfico y responsable según la ONU, de 80 por ciento de los crímenes. Pero la guerra sigue, y la pobreza alcanza casi la mitad de la población. Los campesinos huyen a las grandes ciudades y configuran el segundo mayor desplazamiento forzado del mundo, después de Sudan. El negocio de la cocaína es el combustible del enfrentamiento y sus principales victimas, la población civil y los derechos humanos (IPS, 2008).
El cultivo ilegal de hoja de coca en Colombia se incremento entre 2006 y 2007, en un veinticinco por ciento, al pasar de 78.000 hectáreas cultivadas a 99.000; según una reciente medición de Naciones Unidas. Informe este que no cayó bien en el gobierno Colombiano quien ordenó la suspensión del convenio de medición que tenia con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNDOC). La mayoría de los cultivos de hoja de coca fueron detectados en zonas selváticas y montañosas del sur, suroeste y norte de Colombia, donde existe presencia de rebeldes izquierdistas y grupos armados ilegales al servicio del narcotráfico, algunos conformados por antiguos combatientes paramilitares, según el informe Oficial de la Oficina contra la Droga y el Delito de las Naciones Unidas. El Gobierno de Estados Unidos ha destinado a Colombia más de 5.000 millones de dólares en los últimos siete años tanto para combatir la insurgencia armada como la multimillonaria industria de la cocaína, por lo que el polémico informe ha causado revuelo en diversos círculos internacionales sumándose a ello el arresto del hermano del Ministro del Interior (Director de Fiscalía de Antioquia, una provincia de Colombia por supuestos nexos con el narcotráfico (Reuters, 2008).
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El presente análisis gira desde una perspectiva sistémica, para mostrar como las relaciones entre los distintos actores estratégicos tradicionales de la sociedad colombiana generaron toda una dinámica que bien he denominado Sistema Colombiano de Actores Estratégicos, integrado por una serie de componentes que interactúan constantemente desplegando sus recursos de poder en favor de cada grupo de interés particular y que hoy día dicha estructura descansa en un producto denominado Autonomización de las acciones sociales de los cuales hacen parte actores determinantes en la gobernanza colombiana, como es el caso de la guerrilla, los paramilitares y el narcotráfico; como se puede observar en el cuadro precedente.
En esa proyección, el Sistema Colombiano de Actores Estratégicos tiene seis componentes que congregan los diferentes grupos de interés, dentro de los cuales destacamos los organismos internacionales, estatales, económicos, organizaciones sociales, medios de comunicación y el producto. Esta estructura nos permite observar con mayor claridad las relaciones y los recursos de poder desplegados por cada actor y el nivel de institucionalización expresado por el sistema.
Quizás el componente del sistema que mas expresa la realidad de los actores estratégicos colombianos es el ultimo que precisamente conviene llamarse producto por que es consecuencia de la debilidad institucional y del deficitario manejo de una matriz de intereses que evidencio una dinámica excluyente incapaz de aglutinar nuevos actores propiciando de paso la autonomización de las acciones sociales que caracteriza el territorio colombiano. A pesar de ser la autonomización de las acciones sociales el producto final de la dinámica de las relaciones del sistema de actores estratégicos colombianos, a su vez se convierte en un insumo para los demás componentes e integrantes del sistema en la medida en que son los tres elementos mas importantes para medir la gobernabilidad de la sociedad colombiana, puesto que su accionar resquebraja constantemente la maniobra gubernamental y la funcionalidad de los demás actores.
Este es un ejemplo como el bajo nivel de responsividad gubernamental e institucionalización radicalizan la crisis de gobernabilidad generando la aparición de nuevos actores estratégicos de hecho. No en vano se dice que en Colombia existen cuatro Estados; el de la Guerrilla, el de los paramilitares, el del narcotráfico y el del propio Estado (Ortiz, 2006). Resulta de vital importancia, resaltar como ciertos grupos o actores mezclan sus recursos de poder para sacar adelante sus intereses. En el caso de análisis, la guerrilla y los paramilitares han establecido una alianza económica muy sui géneris, con el narcotráfico, situación esta que les ha permitido fortalecer sus finanzas y afianzar su poderío en diversos territorios en donde los Alcaldes y demás autoridades no responden sino a los lineamientos de las FARC, ELN (Grupos Guerrilleros) Y Autodefensas(Grupos paramilitares), significando que la única autoridad existente en esas zonas es la proyectada por esos actores no estatales.
En este largo conflicto colombiano, los organismos internacionales se han convertido en unos actores determinantes a la hora servir como intermediarios y como recomendadores de decisiones a tomar y hasta el papel de miembros en las mesas de negociación de los diferentes procesos que se han dado.
Ahora bien, los hechos del 11 de septiembre sirvieron como justificante al Gobierno de Álvaro Uribe Vélez para implementar una serie de acciones en contra de la Guerrilla con el objeto de quitarles el calificativo de insurgencia política y darles la categorización de grupos terroristas. En esa búsqueda, el Presidente de los Colombianos ha desarrollado una estrategia para obtener la ayuda internacional en su lucha contra el fenómeno insurgente. En relación con ello, El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas expidió la resolución 736 que les da el calificativo de terroristas a las FARC. Con anterioridad, el Presidente Andrés Pastrana había obtenido ese mismo calificativo para el grupo guerrillero en la Unión Europea, luego de las fallidas negociaciones de paz entre el gobierno colombiano y el grupo alzado en armas en el municipio de San Vicente del Caguán, en los llanos de Colombia.
En concordancia con lo anterior, desde la misma la Cumbre de Rió de mayo de 2003, en donde mandatarios de 19 países debatieron los temas del terrorismo, la pobreza y la Gobernabilidad democrática, fue el escenario propicio para que el Presidente de Colombia obtuviera la solidaridad de sus homólogos, en su lucha contra la guerrilla de las FARC, que en ese momento Uribe convertía en una problemática de discusión regional, puesto que el grupo guerrillero había diseminado su accionar en varios países del cono suramericano. Desde el preámbulo de la misma, el Presidente ecuatoriano Lucio Paz mostró su apoyo al presidente Uribe en su lucha, dando un ultimátum a la guerrilla para que depongan las armas o de lo contrario se presentaría una confrontación militar en donde entrarían a colaborar los países vecinos a Colombia. Pero de ese momento en adelante las cosas vinieron cambiando, puesto que hubo cambios de gobierno en algunos de los países vecinos, con giros ideológicos contrarios al Presidente de Colombia que había obtenido su reelección, y posteriormente los debates reivindicatorios del gobierno colombiano en los organismos regionales ya no fueron fructíferos como en el pasado sino antes por el contrario contestatario de un grupo de países, poniendo a Colombia como en una soledad en el continente.
Esto hace evidenciar el conflicto colombiano como un fenómeno de corte internacional donde interpelan diversos actores de la talla del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, La Comisión de Derechos Humanos de la ONU, el Tratado Interamericano de Asistencia Reciproca (TIAR), la Cumbre de Río, la Organización de Estados Americanos (OEA) y las diversas organizaciones de países de la Región; mostrando la complejidad de la estructura de análisis de la gobernabilidad de la sociedad colombiana.
.En medio de toda esta dinámica aparecen también los mass media, como instrumento de retroalimentación del proceso. Existe la serie controversia si en algún momento los medios de comunicación al pertenecer a ciertos sectores económicos del país pueden manejar con objetividad la información o están en pos de beneficiar ciertos actores estratégicos y su mezcla de recursos de poder.
También resulta menesteroso referenciar la mezcla de recursos de poder entre el Gobierno Nacional y los gremios de industriales y del sector del agro (ANDI, FEDEGAN, FENALCO) principales perjudicados con el fenómeno de la Guerrilla. Dichas organizaciones vienen apoyando al gobierno en la expedición de las reformas laborales, pensional y tributaria que benefician los intereses de sus agremiados y principalmente para la consecución de recursos para enfrentar la violencia.
2.1. La Parapolítica.
El Supremo colombiano inició en 2006 la investigación criminal conocida como la “Parapolítica”, la cual mantiene en la cárcel a 40 legisladores, mientras que otros 33 son investigados y podrían terminar en prisión. Los Congresistas son acusados de haber hecho acuerdos con los antiguos paramilitares o de haber recibido apoyo financiero o logístico para ser elegidos con votos de regiones controladas por esos grupos armados ilegales. La mayoría de legisladores investigados y en la cárcel son aliados de Uribe, dentro de los que se destacan:
Su primo Mario Uribe, que fue senador del Partido Colombia Democrática y Presidente del Congreso, renunció a su investidura de diputado después de que la Corte Suprema de Justicia lo vinculara en septiembre de 2007 al proceso de la “Parapolítica y el caso fuera sumido por la Fiscalía General de la Nación, quien dictó medida de aseguramiento de detención preventiva por el delito de concierto para delinquir por acuerdos para promover grupos armados al margen de la Ley, escándalo que se entronizo aun más cuando el acusado político solicitó asilo en la Embajada de Costa Rica en Bogota, ante la protesta de organizaciones de derechos humanos que se apostaron en las afueras de la sede diplomática del país centroamericano, solicitud esta que le fue denegada. La crisis se agudizó cuando la Corte Suprema de Justicia en el mes de abril de 2008, abrió una investigación preliminar contra la actual Presidenta del Senado de la Republica, Nancy Patricia Gutiérrez, acusada de nexos con escuadrones Paramilitares de ultraderecha en una agudización de la crisis política que sacude al legislativo y que también ha incluido al Presidente del Partido de la U, Carlos García ,uno de los partidos de mayor afecto al Presidente Uribe quien pese al escándalo y a la crisis continua con el más alto índice de popularidad de la región (Reuters, 2008).
Las investigaciones asumidas por la Corte Suprema de Justicia ha derivado en fuertes enfrentamientos entre el Presidente Uribe y ese órgano de la Rama Judicial hasta el punto de hacerse acusaciones mutuas que han terminado en una investigación que es llevada en estos momentos por la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes, órgano del legislativo encargado de investigar al Presidente de la Republica y otros altos funcionarios del Estado. De este incidente los magistrados de ese alto tribunal de justicia han dado cuenta de la persecución orquestada de parte del gobierno para tratar de deslegitimar su accionar y en la cual se menciona al asesor del gobierno José Obdulio Gaviria, primo del extinto capo del narcotráfico Pablo Escobar Gaviria de estar fraguando en compañía de agentes del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) un plan para conseguir pruebas que puedan desacreditar a los miembros Corte Suprema de Justicia.(Revista Cambio, edición 781 de junio de 2008).
El divorcio entre estos dos actores estratégicos se ha declarado luego de que el presidente en un discurso dirigido a los colombianos, solicito al Congreso de la Republica tramitar un Referéndum con el objeto de repetir las elecciones del 2006 con todas las garantías, inmediatamente que la Corte Suprema Justicia condenara a cuatro años de prisión a la excongresista Yidis Medina acusada por el delito de cohecho por recibir prebendas de parte del gobierno para que cambiara su voto a favor de la reelección presidencial en el tramite de la reforma constitucional que daba viabilidad a la aspiración de Uribe por segunda vez. La Corte Suprema de Justicia, ordenó revisar la legalidad de la reforma constitucional que dio viabilidad a la reelección de Uribe en el 2006, debido a que la excongresista Medina, fue condenada tras confesar que recibió sobornos del gobierno por votar a favor de la norma. Para la Corte Suprema de Justicia “el delito no puede generar ningún tipo de legitimación constitucional o legal”, por eso pidió a la Corte Constitucional y a la Procuraduría revisar la legalidad del acto legislativo que permitió que un Presidente en ejercicio pudiera ser reelegido de forma inmediata, situación prohibida por la Constitución de 1991 (AP, 2008)
Esta es una simple muestra de la gobernanza de Colombia en el segundo periodo de Uribe, caracterizado por una radicalización y enfrentamiento entre diversos agentes con el gobierno, el cual plasma el bajo nivel de institucionalización expresado en unas deficitarias reglas conectoras entre actores estratégicos que plantean el débil manejo de una matriz de intereses políticos que suscitan agentes reivindicatorios de hecho que muestran la realidad de la Gobernanza y gobernabilidad de la sociedad colombiana, en una actitud guerrera replicable hacia los países vecinos.
 2.2. Un Conflicto que Apenas Empieza.
La incursión del ejercito colombiano en territorio ecuatoriano para enfrentar y dar muerte al guerrillero de las FARC Raúl Reyes el pasado primero de marzo de 2008, marcó el comienzo de las diferencias entre los Presidentes de Venezuela Hugo Chávez, de Ecuador Rafael Correa y de Nicaragua Daniel Ortega contra el Presidente Uribe de Colombia. En principio estuvo plagado de una aparente guerra de micrófonos cuyo escenario escogido por los mandatarios de estos países es los medios de comunicación masivos internos e internacionales, pero se ha ido plagando de elementos para un conflicto duradero que ya ha pasado por las diversas organizaciones regionales como la Cumbre De Río y la OEA, sin que hasta la fecha se conozca una salida clara a las diferencias.
Al radicalizado enfrentamiento se ha sumado vehemente el Presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, quien también con anterioridad mantenía unas fricciones con Bogotá por un diferendo limítrofe por las Islas de San Andrés, de las cuales actualmente tiene posesión Colombia.
El Presidente de ese país centroamericano lanzo acusaciones sindicando a su homologo colombiano, Álvaro Uribe, de terrorismo de Estado y de “Pretender asesinar” a dos mujeres colombianas sobrevivientes al operativo del ejercito de Colombia en Ecuador, el cual dio muerte al guerrillero Raúl Reyes, a las que el mandatario nicaragüense concedió asilo, las cuales fueron señaladas por el gobierno colombiano como terroristas e integrantes de las FARC. El enfrentamiento trascendió de las declaraciones en los medios de comunicación a la iniciativa de Colombia de llevar el caso a la organización de Estados Americanos, donde se ventiló en el Consejo Permanente de Embajadores de la OEA. En ese Consejo el representante de Colombia, Camilo Ospina, advirtió que el “apoyo publico” de Ortega a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) debe “tener consecuencias políticas y jurídicas”. De la denuncia hecha por Colombia, su Ministro de Relaciones Exteriores, ha manifestado que no espera mayor apoyo de la OEA, en torno a sentar la posición de que Nicaragua apoya el terrorismo, precisando que “Nos interesa que todos los países se comprometan en la lucha contra las organizaciones terroristas, que ninguno les de espacio o los acoja y precisamente las actuaciones del Presidente Ortega van en esa línea”.
Con estas declaraciones hechas por el Ministro de exteriores de Colombia, se evidencia la soledad que esta viviendo Colombia en las organizaciones regionales, de la cual ya se había dado cuenta en las anteriores reuniones de la OEA, en donde se ventilaron los anteriores conflictos con Ecuador y Venezuela.
Transcurrido apenas un día de las discusiones por este tema en la OEA y pese a que el Centro Carter, mediador en el conflicto, ha manifestado su interés de seguir trabajando por la reconciliación de de estos dos países, para lo cual con anterioridad había intervenido para la creación de una Comisión Binacional integrada por personalidades de Colombia y Ecuador, que en principio había hablado de restablecer las relaciones comerciales; el Presidente de Ecuador, Rafael Correa, en una alocución en diversos medios de comunicación decidió “cancelar indefinidamente las relaciones con Colombia, hasta que Colombia tenga un gobierno decente con quien tratar”. Esta situación aleja mucho las opciones de un pronto arreglo diplomático a una crisis surgida y alimentada por el tema fronterizo. (AFP, 26 de junio 2008).
 2.3. Perspectivas del Conflicto.
América Latina vive una fiebre reeleccionista del cual Colombia no se ha librado. Cuando apenas transcurre el segundo periodo de Uribe, hay un fuerte despliegue de recolección de firmas para poyar la reelección, ante lo cual diversos actores estratégicos de la política colombiana entre los que destaca el expresidente Cesar Gaviria, han empezado a desarrollar con diversa fuerzas políticas incluida la izquierda, una estrategia para tratar de frenar el ímpetu relacionista del actuar mandatario que alcanza niveles de popularidad del 80% en un ambiente polarizado entre Uribistas y antiuribistas.
La impronta de revalidación de un nuevo periodo de Uribe, desde luego afecta el trámite de la posible salida al conflicto entre los países del cono suramericano, caracterizados por un ambiente de tendencia izquierdista en donde Uribe aparece como el diferente y por ende generando una dinámica contestataria de sus homólogos, que encuentran en las rencillas ya radicalizadas su justificación para mantener las diferencias diplomáticas con Colombia.
Con los hechos recientes da la impresión de que Colombia estuviera sola en esta confrontación regional que dinamiza cada día más con los países contradictores, que no ceden un ápice a la hora de las reuniones convocadas en los organismos regionales para tratar de dirimir el conflicto.
La reconciliación parece estar lejana con las recientes manifestaciones del Presidente de Ecuador de no restablecer relaciones con Colombia mientras permanezca Uribe en el poder, de igual manera la radicalización del enfrentamiento con eL mandatario nicaragüense, que adquiere ribetes de un conflicto de doble vía inspirado en un diferendo limítrofe y por el apoyo abierto de este gobierno centroamericano a las FARC. Venezuela por su parte ha bajado un poco el tono al enfrentamiento, pero no es una verdad oculta que su balanza termina inclinándose por sus compañeros mandatarios de afinidad ideológica.
En esta época en que los países latinoamericanos se encuentran en la búsqueda de rediseñar las relaciones con los Estados Unidos y con la Unión Europea, Colombia no debe ser la excepción asumiendo una posición de aislamiento en la región. La pasada reunión de la fundación de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) en mayo de 2008, la Asamblea General de la OEA en Medellín y el más reciente encuentro del Consejo de Embajadores de la OEA, que tuvo como centro las discusiones entre Colombia y Nicaragua por el asilo de dos colombianas presuntas integrantes de las FARC, muestran la encrucijada en la que se encuentra la política exterior colombiana. Las realidades internas, en especial el conflicto armado, la aíslan, mientras América Latina esta en plena redefinición de sus reglas de juego, sus estructuras institucionales y sus métodos de trabajo.
La necesidad de alinearse con la controvertida posición del Presidente Norteamericano para fortalecer la guerra contra las FARC y una identificación de principios y de lenguaje antiterrorista entre el Presidente Uribe y Bush, ha venido paulatinamente acercando a Bogota con Washington. A pesar de que la alianza es de vieja data desde que el Presidente Marco Fidel Suárez, hablaba de la estrella polar cuando se refería a los Estados Unidos como el aliado que siempre había que mirar y buscar, pero la relación tenia algunos contrapesos fundamentales como las buenas relaciones con los vecinos y los procesos de integración, tradiciones valiosas de política exterior que Uribe ha cambiado drásticamente. La tendencia al aislamiento de Colombia quedo al descubierto con la posición frente a la iniciativa brasileña de crear un Consejo de Seguridad Suramericano, dejando la sensación, otra vez, de que su cercanía con Bush le impide estar con las mayorías del continente.
La diplomacia colombiana esta en uno de sus momentos mas trascendentales y decisivos. No encarar los síntomas del aislamiento, no prevenir los posibles cambios de la visión de Estados Unidos hacia Colombia, después de las elecciones presidenciales de noviembre y mantener relaciones conflictivas con los vecinos y lejanas con importantes actores como la Unión Europea y la ONU es caminar hacia una hecatombe diplomática que todavía se puede prevenir (Diario el tiempo, junio 2008).
 Referencias Bibliografías.
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