La Gobernanza Situacional

La Gobernanza Situacional

José del Rosario Villamil Quiroz
Investigador en Gobernanza Latinoamericana

Se considera necesaria la generación de un modelo teórico de actualización denominado gobernanza situacional, que permita establecer la naturaleza y los elementos que son determinantes en el análisis de una situación de gobernanza.
Resumen
La gobernanza está demostrando que es un concepto dinámico y en constante evolución. En el siglo XXI, su aplicación ha derivado en espiral hacia el potencial estudio de la gobernación de múltiples situaciones de diverso calado, que influyen en la administración de la sociedad mundial, regional, nacional y subnacional. Las teorías de corte normativo esgrimidas por organismos multilaterales y diversos teóricos que nos dieron a conocer la gobernanza a finales de la centuria pasada, no son suficientes hoy para entender la avalancha de situaciones contingentes sobrevenidas al inicio de este milenio. Esta contingencia práctica, añade a la gobernanza una nueva faceta que afecta las dimensiones y perspectivas de la teoría precedente. Ella requiere de una estructura conceptual y metodológica que propicie un escenario analítico adaptado a la realidad actual por las que atraviesan las sociedades de este milenio. En esa proyección, es necesaria la generación de un modelo teórico de actualización denominado gobernanza situacional; el cual permite establecer la naturaleza y los elementos que son determinantes en el análisis de una situación de gobernanza; y la contrastación del mismo en estudios de caso de carácter instituido y contingente.
Palabras Clave: Gobernanza situacional, estructura analítica situacional, umbral situacional, agentes situacionales, contexto interactivo
Sumario: 1. Introducción; 2. Las Situaciones de Gobernanza; 3. El Umbral Situacional; 4. Los Agentes Situacionales; 5. El Contexto Interactivo Situacional
1. Introducción.
La gobernanza de las sociedades del siglo XXI es la manifestación de una miscelánea de situaciones de carácter sistémico que combinan hechos, actores, comunicación e interrelaciones, que arrojan como producto decisiones en el marco de problemáticas y oportunidades.
La gobernanza situacional es la gobernación de las situaciones sociales que provienen de las relaciones entre agentes públicos y privados, de diversos niveles; las cuales derivan un conjunto de actividades que generan procesos de comunicación, negociaciones, consensos-disensos y pactos. Este tipo de actividad se pone de manifiesto en situaciones que se dan a nivel supraestatal y estatal, hasta las más cercanas al ciudadano ocurridas en el plano municipal, la cual da lugar a un estilo propio de gobernación en cada problemática u oportunidad susceptible de análisis.
La gobernanza situacional asume una perspectiva analítica para captar los consensos y disensos tramitados por los agentes situacionales en un contexto interactivo especifico de gobernanza. Ella es la resultante de la gobernación interactiva de agentes, públicos, privados y de la sociedad civil, en una situación concreta de gobernanza.
La gobernanza como esquema de gobernación en una situación concreta, vincula a gobernantes públicos y privados en la toma de decisiones, por oposición al paradigma clásico, en donde la tarea de gobernar y la responsabilidad por la gobernación correspondían en exclusiva a organizaciones del Estado y las personas y organizaciones privadas eran gobernados no actores de la misma, como lo anota (Prats, 2005). La monoadministración de las sociedades que tenían como actor hegemónico al Estado, ahora se mezcla con escenarios de gobernación interactiva de agentes públicos y privados en situaciones contingentes y clásicas que acontecen en los sistemas sociales de orden mundial regional, nacional y local.
Este tipo de gobernación se pone de manifiesto en una combinación de diversas características: El umbral situacional, los agentes situacionales, la interrelación entre estos, los acuerdos o disensos como producto del sistema; los cuales se manifiestan en una situación específica de gobernanza.
2.La Estructura analítica situacional de gobernanza.
La formulación más procesada del concepto de gobernanza situacional demanda: a) identificar y definir una situación de gobernanza, b) identificar el umbral situacional como punto de partida analítico de una situación de gobernanza, c) desarrollar el concepto de agente situacional, d) implicar el contexto interactivo situacional. Esto constituye una estructura analítica situacional y por ende un soporte de análisis para la gobernanza.
 
Cuadro 1. Estructura Analítica de Gobernanza Situacional

DEFINICION DENOTACION CONNOTACION
Es la gobernación de las situaciones sociales que provienen de las relaciones entre agentes públicos, privados y de la sociedad civil de diversos niveles; las cuales derivan un conjunto de actividades que generan procesos de comunicación, negociaciones, consensos-disensos y pactos Identificación de Situaciones
 
Umbral Situacional
 
Agente Situacional
 
Contexto Interactivo
 
Situación de gobernanza mundialSituación de gobernanza regionalSituación de gobernanza nacionalSituación de gobernanza local
Hecho detonante
Actores públicos
Actores privados
Actores de la sociedad civil
Normas circundantes
Normas inmanentes
Pactos situacionales

 2.1.Las situaciones de gobernanza.
La gobernanza del siglo XXI tiene un carácter bifronte. En primera medida, es un producto societal derivado de la gama de situaciones producidas en los sistemas sociales, las cuales se convierten en su resorte de análisis. En segunda instancia es un concepto sistémico que involucra variados componentes interdependientes como instrumento analítico de los fenómenos que ocurren en las sociedades.
El carácter sistémico de la gobernanza se está expresando en un marco de complejidad de relaciones entre diversos actores en la toma de decisiones y gestión de situaciones que acontecen en el contexto de la sociedad mundial, regional, nacional y local. Este no se encuentra supeditado solamente al accionar de agentes, normas y formas de relacionamiento del análisis de una sociedad concreta, sino que también puede incluir una condición supra e infraterritorial. Este considerando involucra que el análisis de un sistema de gobernanza específico no circunscribe su radio de acción a la simple interacción de sus componentes naturales territoriales o sectoriales, sino que también abarca categorías exógenas de relacionamiento con sistemas o niveles supra e infra de colaboración o veto de actores que ponen de manifiesto su influencia en la gestión de situaciones sociales concretas.
En esa proyección, cada sociedad está arrojando un sinnúmero de situaciones de diverso calado que hacen leer a la gobernanza del siglo XXI, como un proceso abierto y complejo en donde interpelan actores, el relacionamiento de estos, los proceso de comunicación que los involucran, los resultados de ese relacionamiento; moldeados y rodeados por circunstancias de gobernabilidad y del sistema político que les atañe, los cuales contribuyen a la detonación de la situación de gobernanza.
Una situación de gobernanza es el contexto interactivo de agentes, públicos, privados y de la sociedad civil en el trámite y resolución de una problemática u oportunidad social.
Las situaciones de gobernanza las clasificamos en instituidas y contingentes. Las primeras se definen como aquellos contextos interactivos erigidos en un contexto institucionalizado de agentes públicos y privados Se refieren a tradicionales escenarios de interactividad para gestionar problemáticas u oportunidades sociales. Las segundas son aquellas interrelaciones fortuitas sobrevenidas de la disfuncionalidad política, económica y social. Esta atañe, tanto a las nuevas dinámicas generadas en la tercera y cuarta etapa de globalización contemporánea alimentada por pandemias, la sociedad de la información y el conocimiento y las fluctuaciones de la economía, como también eventos pretéritos y futuros de crisis financiera y olas democratización.
La avalancha de acontecimientos económicos, políticos y sociales que están impactando en el umbral del nuevo milenio, proyectan un nuevo panorama derivado hacia el análisis de contingencias situacionales de ocurrencia en la sociedad mundial, regional, nacional y local. Esta impronta trastoca el referente teórico de la gobernanza, arrojando una nueva masa de análisis no cobijada por el marco conceptual precedente, la cual deriva hacia la microbernanza alimentada por múltiples situaciones. En esa proyección, resulta indispensable hacer un paneo situacional para describir el nuevo marco de referentes sociales o situaciones en los que tiene que intervenir la gobernanza como instrumento de análisis de las sociedades del siglo XXI.
2.2. El compendio situacional y las situaciones de gobernanza en la sociedad mundial.
La sociedad orbital en su conjunto está arrojando un sumario de eventos que constituyen potenciales objetos de estudio de la gobernanza de esta época. Estos sucesos se manifiestan en situaciones clásicas y contingentes de contextos interactivos que se declaran en sistemas sociales de diversos niveles.
El esquema situacional de gobernanza mundial se compone de problemáticas y oportunidades de calado orbital en la cual intervienen agentes públicos y privados en la toma de decisiones.
La gobernanza global es la gobernación de las relaciones de una pluralidad de actores con recursos de poder, autónomos e interdependientes, las cuales derivan en formas de cooperación, veto o neutralidad en la toma de decisiones en múltiples situaciones de carácter mundial
El concepto de gobernanza global o mundial, hace referencia al desarrollo de un marco conceptual incorporado a las relaciones internacionales para analizar los cambios en la estructura de poder mundial. Busca analizar las redes de relaciones que se forman entre los diversos grupos de actores internacionales para la toma de decisiones a escala planetaria. Se distancia del paradigma realista que dominó la disciplina de las relaciones internacionales por mucho tiempo, el cual tenía como unidad de análisis y problemática de estudio al Estado hegemónico y la seguridad nacional. Plantea una cercanía con el paradigma transnacional fundamentado en la pluralidad de actores internacionales en un mundo caracterizado por la complejidad e interdependencia.
La multiplicación del número de Estados en el sistema mundial en el transcurrir del siglo XX, atribuido en gran parte a los procesos de descolonización y secesión de los países del segundo mundo, se vio acompañado en el fin del milenio por una dinámica de surgimiento de actores mundiales que rápidamente empezaron a restarle protagonismo y hegemonía al Estado tradicional. En efecto, la diciente estelaridad tomada en el fin del siglo e inicios del nuevo milenio por actores internacionales como las organizaciones internacionales, empresas multinacionales, agencias calificadoras de riesgo, la sociedad civil mundial acompañada del ciberactivismo, organizaciones no gubernamentales, gobiernos subnacionales e individuos con reconocido prestigioso en el campo político, científico e intelectual; ponen de presente la cesión de protagonismo y la pérdida de capacidad del Estado para monopolizar la regulación.
Las problemáticas a nivel mundial han dejado de estar centradas exclusivamente en la alta política relacionadas con la seguridad y defensa de las fronteras, ampliándose a cuestiones cada vez más diversas de baja política como pandemias, finanzas internacionales, la equidad en los avances tecnológicos el acceso a medicamentos esenciales, los conflictos hegemónicos del terrorismo, narcotráfico y demás manifestaciones del crimen organizado mundial, los derechos humanos, la ayuda internacional al desarrollo, la reducción de la contaminación ambiental, la promoción de la responsabilidad social de las empresas, entre otras.
El advenimiento de la gobernanza en el contexto de las relaciones internacionales descara el fracaso de la gestión mundial a partir del Estado y las organizaciones multilaterales creadas para diligenciar la gobernabilidad mundial. Organizaciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial se caracterizan por la falta de transparencia, el exceso de burocratización; la falta de representatividad y control político, así como la prioridad excesiva a las cuestiones de carácter económico, dejando en un segundo plano problemas de carácter social. En la mayoría de casos, desarrollan sus políticas sin haber definido antes de forma precisa los objetivos a seguir y ello es debido a la dificultad de llegar a acuerdos en el seno de unas organizaciones compuestas por Estados con intereses muy diversos y heterogéneos (Barbé, 2007; Vilanova, 2006; Chaques y Palau, 2006).
A esta panorámica se suman las situaciones contingentes que impactan en la realidad mundial, sobrevenidas desde el inicio de la segunda década del siglo XXI, mostradas por la pandemia del coronavirus, crisis financiera internacional, los movimientos de indignados y la primavera árabe. Se trata de contextos interactivos situacionales que muestran su complejidad en la vertiginosa reproducción de sus modelos en situaciones diversas de sistemas sociales variopintos.
Estas dinámicas se alimentan con un elemento consustancial conjunto, el cual es el desenvolvimiento de las tradicionales formas de comunicación con la incorporación de las nuevas tecnologías de información en el proceso de gobernanza de cada una de ellas, en unos casos como acelerador del conocimiento de la situación y en otros como recurso de poder utilizado por los agentes que desencadenan la situación.
2.3. Las situaciones de gobernanza en la sociedad regional.
La gobernanza en el nivel regional alude al estudio de contextos interactivos de carácter supranacional en los cuales actúan agentes de múltiples niveles en situaciones clásicas y contingentes. Las situaciones clásicas de gobernanza en la sociedad regional proceden de los procesos de integración regional y las situaciones contingentes provienen de contextos interactivos de orden mundial y nacional que se traducen en regionales.
Los contextos interactivos clásicos de espectro regional se originan en la firma de acuerdos de derecho público internacional, en los cuales los Estados marcan los parámetros para comerciar en diversos niveles de integración que pasan por objetivos simplemente económicos hasta la esfera política.
El concepto de integración hace referencia al proceso mediante el cual la calidad de las relaciones entre las diferentes unidades sociales se ve transformada, de tal manera que, al formar parte de un conjunto más amplio, se ve reducida la autonomía de todas y cada una de las partes. En esta visión podemos referenciar los principales tipos de integración existentes (Fuentes, 2010:97).
El caso típico más aludido es el de la Unión Europea. Su análisis es reconocido como una de las fuentes originarias de la teoría de la gobernanza. Autores como Prats (2005) atribuyen a la formulación de la teoría de la governance para explicar la gobernabilidad de la Unión Europea como estructura de toma de decisiones a través de redes de actores gubernamentales y no gubernamentales multinivel; como uno de los factores originarios del entendimiento del término.
El estudio de este contexto interactivo ha sido rotulado por diversos autores como gobernanza multinivel para significar un escenario en el que las decisiones de autoridad se diseminan por varios niveles pasando por el plano supranacional, nacional y subnacional (Morata, 2004; Cancela, 2006).
La Unión Europea en su conjunto arroja una multiplicidad de eventos o hechos que generan situaciones de gobernanza derivadas del contexto multinivel de agentes que le caracteriza. Estos tienen que ver con el cúmulo de decisiones que se toman en las instituciones europeas que llevan incluidos procesos previos de negociación en la búsqueda del consenso. En esa dirección, apuntan situaciones que se desenvuelven en la distribución de competencias entre los niveles gubernamentales interactuantes derivada del derecho originario; de las actuaciones en el marco del procedimiento legislativo ordinario por medio del cual se aprueban reglamentos, directivas y decisiones que nutren el llamado derecho derivado, de aplicabilidad y efectividad en el territorio de la unión; y un largo etcétera de contextos interactivos plagados de intereses públicos y privados de diversa escala.
En el inicio del milenio podemos resaltar algunos casos de situaciones contingentes de impacto mundial que inciden en la dinámica regional. Se trata de variados eventos o hechos que disparan situaciones de gobernanza derivadas de cataclismos sanitarios, procesos económicos y de democratización de talla mundial con repercusiones pronunciadas en la sociedad regional. El Covid-19, la crisis financiera internacional de 2008 y 2011 y la cuarta ola de democratización mundial instruida en la primavera árabe; son algunas de sus expresiones.
El coronavirus y la crisis económica internacional se han convertido en un detonante que ha incidido en el desenvolvimiento de la Unión Europea, la cual ha tenido que tomar medidas de ámbito comunitario para enfrentar las dificultades sanitarias y financieras que atraviesan los países miembros. Esta dinámica proyecta contextos interactivos de agentes supranacionales, nacionales y subnacionales en la búsqueda de soluciones a una problemática contingente de complejidad que adquiere caracterizaciones intestinas variadas dependiendo del contexto estatal en que se manifiesta.
La primavera árabe inició con la inmolación de un vendedor de frutas en Túnez, luego de ser irrespetado por la policía cuando le exigía dinero a cambio de permitirle desarrollar sus labores diarias en su puesto callejero de la plaza central de SidiBouzid, una pequeña localidad del centro de Túnez. Este fue el hecho detonante para que la población indignada por los abusos y las precarias condiciones de vida, iniciara la revuelta que dio lugar a la caída del presidente tunecino. Esta Intifada se contagió hacia Egipto, Libia y otros países árabes; convirtiéndose en un conflicto de carácter regional, caracterizado por la autonomización de las acciones sociales y alimentado por un factor común, la utilización de las tecnologías de comunicación como recurso de poder de los agentes para movilizar la protesta.
2.4. Las situaciones de gobernanza en la sociedad nacional.
La efectividad de la administración de las sociedades nacionales del siglo XXI se está jugando en la capacidad de aprendizaje que éstas tengan. La solución de sus tradicionales necesidades y problemáticas internas, ahora se ven permeadas por procesos exógenos provenientes de la globalización y la economía internacional, los cuales invaden de complejidad creciente la antaña dinámica de gestionar los asuntos públicos.
Todas estas señales requieren ser tramitadas bajo la perspectiva de proyectos consensuados de largo plazo de un país para obtener los frutos proyectados dependiendo del segmento de políticas públicas, conflictos y relaciones internacionales en que se vean involucrados los gobiernos nacionales y subnacionales y las diferentes fuerzas significativas del contexto nacional.
Este afán, coloca a las sociedades nacionales en la perspectiva bifronte de gestionar los intereses y conflictos de sus agentes determinantes, y establecer mecanismos de gobernación interactivos consecuentes con las realidades nacionales e internacionales para tomar decisiones acertadas y nutridas de legitimidad
La masa situacional de gobernanza en las sociedades nacionales se ve nutrida de clásicas situaciones de gobernanza y de nuevas formas interactivas que involucran acontecimientos de resorte mundial como pandemias, la crisis económica mundial y los procesos de democratización global.
Las situaciones típicas de gobernanza de esta época en las sociedades nacionales pasan por enfermedades epidémicas, los procesos de integración regional, el crimen organizado internacional, la inmigración externa e interna, el desempleo, la pobreza, la atención a nuevos colectivos sociales, y un largo acervo de problemáticas endógenas y exógenas. Estas rebasan las capacidades gubernamentales que en muchos casos no cuentan con las capacidades institucionales y financieras para afrontarlas, para lo cual requieren de apoyo de otros agentes no gubernamentales de carácter empresarial, de la sociedad civil y supranacional para gestionarlas.
Los fenómenos de talla mundial y regional, gravitan sobre los procesos nacionales. Las sociedades nacionales en su conjunto, también afrontan situaciones contingentes provenientes de contextos interactivos de esos órdenes. El cataclismo sanitario denominado coronavirus no es un reto simplemente gubernamental, depende también de la actuación de otros actores de la sociedad nacional en un efecto multinivel. La crisis financiera mundial que en su naturaleza es una problemática de los países desarrollados, asimismo permean de manera colateral a los Estados de la periferia, que deben tomar medidas para resguardarse y evitar contratiempos en el devenir de sus economías. Los procesos de democratización atinentes a la cuarta ola de democratización que incluyen a las movilizaciones de juventudes en la primavera árabe, los movimientos de indignados, las reivindicaciones estudiantiles.
Las realidades procedentes del nivel regional como los procesos de integración regional, diversificados en los TLC, Uniones Aduaneras, Mercado Común y Unión Económica; supeditan el accionar de los Estados y la sociedad nacional en su conjunto, reflejando escenarios de interdependencia entre agentes diversos para diligenciar las múltiples situaciones de gobernanza que se derivan.
En ese orden de ideas, la gobernanza situacional en el orden nacional emerge como la gobernación de las situaciones sociales que provienen de las relaciones entre agentes públicos, privados, de la sociedad civil; las cuales derivan un conjunto de actividades que generan niveles de institucionalización dirigidos a la satisfacción de los intereses generales y la gobernabilidad de un país.
2.5. Las situaciones de gobernanza en la sociedad local.
La gobernanza como método de gobernación aplicado al plano local es el nivel propio de la interacción ciudadana con el Estado en donde se manifiestan redes de cooperación entre la administración pública local, las organizaciones privadas y el tercer sector, para resolver los conflictos e interpretar las problemáticas y oportunidades de la sociedad local (Villamil, 2011).
El futuro de la gobernanza del siglo XXI como cultura de administración de las sociedades tiene como cimiento al territorio local, que es el sitio donde se manifiestan las relaciones primarias de los ciudadanos del mundo y como lugar donde se expresan con mayor prontitud las complejidades que expresa esta nueva época, plagada de intereses políticos, económicos y sociales de diversa escala, los cuales requieren ser tramitados bajo la perspectiva del consenso.
La importancia del contexto local radica en que es el entorno más próximo a los ciudadanos de una sociedad estatal, convirtiéndose en el escenario donde se desenvuelven con cercanía los intercambios ciudadanos, mezclados con la gestión de la administración pública encargada de atender las necesidades y requerimientos próximos de la población como elemento integrante de un Estado, en esta época caracterizada por la reorganización territorial que muestra el advenimiento de una estrecha relación entre lo local y lo global, fortalecida por la sociedad de la información y el conocimiento y la economía internacional, en donde los municipios y las ciudades reciben y desarrollan todos los influjos e impactos de la globalización (Villamil,2008).
No en vano, con los procesos de devolución o descentralización que se han desarrollado a escala mundial, el Estado central cede competencias a los gobiernos subnacionales para acercar el poder público a los ciudadanos, aumentar la eficacia de la administración y colaborar a una mejor distribución de recursos. No obstante, la existencia de niveles intermedios de gobierno en los que tradicionalmente ha descansado la descentralización, rápidamente el municipio se ha convertido en el entorno administrativo propio para diligenciar autónomamente políticas públicas que reivindiquen la legitimidad y democracia del Estado.
Entonces, el desafío del mundo local en este nuevo milenio, está girando en torno a tramitar las crecientes demandas de sus habitantes, alimentadas por los procesos de descentralización en donde el Estado central proyecta cada día más, nuevas competencias que incluyen prestación de nuevos servicios que antes estaban en manos del gobierno central, unidas a las maneras pacificas como los ciudadanos de un municipio tramitan y resuelven sus conflictos y se ponen de acuerdo para tramitar proyectos consensuados de largo plazo que le den satisfacción a las necesidades.
Esta dinámica coloca a la dimensión local como el puntal articulador de las escalas de la gobernanza subnacional, nacional, regional y mundial para tramitar las relaciones sociales de un mundo actual caracterizado por la interdependencia y complejidad.
Las situaciones de gobernanza local recogen tanto las manifestaciones de contextos interactivos provenientes de la sociedad mundial, regional y nacional, como de las situaciones intestinas del sistema social local.
Las clásicas situaciones de gobernanza local se derivan del ejercicio de gobernar la ciudad, es decir la creación de sinergias entre los respectivos agentes que conforman las políticas públicas locales, de las cuales resulta un sinnúmero de contextos relacionales. Ahora bien, los escenarios de gobernanza en la sociedad local se muestran extremadamente complejos, porque sobre ella descansan situaciones diversas multinivel que involucran el relacionamiento, procesos de comunicación, acuerdos y disensos, en torno a la interacción de agentes de diversa escala. De esta configuración proceden importantes situaciones contingentes, provenientes de epidemias mundiales, la globalización y de los procesos de integración regional, del relacionamiento con otros niveles de gobierno, de conflictos internos que no circunscriben su radio de acción y solución a la dinámica de acción local; circunstancias que hacen movilizar a la gobernanza en un espacio multinivel.
En ese orden de ideas, la gobernanza situacional en el plano local se manifiesta como la administración consensuada del espacio horizontal de relaciones entre el sector público, el sector privado y la sociedad civil en situaciones concretas; en el cual se ponen de manifiesto los intereses de los diversos agentes que interactúan.

  1. Umbral situacional.

La gobernanza es un tipo de gobernación multisector donde interpelan agentes procedentes de diversas parcelas sociales en el trámite de un hecho situacional concreto. Su naturaleza proviene y requiere de circunstancias mínimas que incitan el desarrollo de un contexto interactivo, es decir de un umbral generador de la situación de gobernanza.
El umbral situacional es la condición mínima requerida para el surgimiento de una situación de gobernanza. Constituye el estímulo que propicia un contexto interactivo de gobernanza. Las situaciones clásicas y contingentes de gobernanza proceden de condicionantes y acontecimientos sociales que movilizan la interrelación entre agentes, públicos, privados y de la sociedad civil, en la gestión de problemáticas u oportunidades sociales en una situación concreta.
El umbral situacional se analiza mediante la propedéutica situacional. Esta constituye la etapa previa a la metodología para abordar el contexto interactivo de gobernanza. Está constituida por los indicios que ponen de manifiesto los signos relevantes de la situación que se pretenda analizar. Un signo situacional es una manifestación o alteración que identifica una problemática u oportunidad dentro de la situación de gobernanza.
El signo situacional se sustenta sobre la perspectiva de un suceso que dispara la necesidad de conocimiento de la situación de gobernanza, el cual le llamamos hecho detonante. El hecho detonante es el signo situacional que manifiesta un condicionante o suceso que potencialmente dispara la interactividad situacional. Es un mecanismo impulsor de que visibiliza la situación. Este da lugar a la configuración de los síntomas que ponen de manifiesto la situación de gobernanza. El hecho se puede manifestar tanto en patologías como en oportunidades sociales, en situaciones clásicas y contingentes.
En la pandemia del coronavirus el hecho detonante es el surgimiento en la ciudad china de Wuhan del nuevo coronavirus SARS-CoV-2. En una crisis financiera, el hecho detonante puede ser la recesión generada por una pandemia, la bancarrota de un banco o la insostenibilidad de la deuda soberana de un país. En la cuarta ola de democratización, iniciada con la primavera árabe el abuso de autoridad hacia un ciudadano en Túnez constituyó el detonante para que la revuelta se contagiara hacia países vecinos. En Honduras, el golpe militar al Presidente Zelaya producto del deficitario entendimiento entre el Congreso y el ejecutivo, derivó en una crisis de gobernabilidad en la sociedad hondureña. La firma de un TLC entre dos países obliga a la estructuración de políticas de competitividad y desarrollo local para enfrentar los retos de la integración regional. Una revuelta estudiantil, propiciada por el descontento en la gestión de política pública de educación obliga a redireccionar el esquema planteado por el actor gubernamental.
El hecho detonante no ocurre en el vacío, este se encuentra circundado por circunstancias y características que atañen a la sociedad en la que se manifiesta. El entorno situacional son las condiciones que bordean la potencial situación de gobernanza y acompañan a la detonación de la misma. Se puede manifestar a través de circunstancias o normas circundantes que rodean la potencial situación de gobernanza, las cuales contribuyen a su explosión. Dependen del sistema político de la sociedad que atañe a la situación; de las características de gobernabilidad del sistema social en el que se inscribe el hecho situacional; de los antecedentes y causales detonantes.
Por características de gobernabilidad entendemos el perfil de gobernabilidad que muestra la sociedad en la que se asienta la situación de gobernanza. El perfil de gobernabilidad es el tejido de interrelación entre actores estratégicos de una sociedad en el cual manifiestan sus intereses en la toma de decisiones colectivas. Este se compone de los actores estratégicos y de los rasgos de institucionalidad.La gobernanza y la gobernabilidad de hoy se enmarcan en un espacio de interdependencia y complementariedad para asumir la gestión y el análisis de múltiples situaciones que impactan en la sociedad, mundial, regional, nacional y local.
La gobernanza y la gobernabilidad se afectan mutuamente. Es una condición de doble vía. Una situación de gobernanza puede influir sobre la gobernabilidad de una sociedad. Un contexto interactivo en donde existe un enfrentamiento entre agentes de una situación concreta puede derivar en una crisis de gobernabilidad de la sociedad respectiva. De igual manera el ambiente de gobernabilidad característico de un sistema social puede influir sobre una situación específica de gobernanza.
4. Los agentes situacionales.
El umbral situacional genera un contexto interactivo y con ello la revelación de agentes con intereses legítimos en una situación concreta de gobernanza. En la diversidad de problemáticas y oportunidades de nivel mundial, regional, nacional y local; interactúan multiplicidad de agentes exhibiendo recursos y contraponiendo intereses en las redes situacionales que se conforman.
Una Agencia calificadora de riesgo puede socavar el entorno económico con una calificación que ella emita, respecto al comportamiento de la deuda soberana de un país. Una organización no gubernamental de derechos humanos puede influenciar sobre la decisión que tome un Estado respecto a la firma de un tratado de libre comercio con un Estado reconocido como violador de derechos humanos. Una organización de integración regional como la Unión Europea, exhibe como recurso de poder la supranacionalidad, con el cual determina las decisiones de los Estados miembros, mediante el derecho originario y derivado emitiendo reglamentos, directivas y decisiones que supeditan el accionar nacional. Una agencia de cooperación internacional de un país desarrollado puede determinar la aplicación de una política pública en un país subdesarrollado en virtud de su contribución financiera en la misma. Organismos interestatales como el BID, FMI, y el Banco Mundial se convierten en un agente supranacional de primer orden en la ejecución de la política macroeconómica de un país del tercer mundo, quienes apalancan sus finanzas a través de dichos organismos, principalmente si tienen balanza de pagos desfavorables. Un gremio económico local puede influenciar en la determinación tomada por la administración local en la aplicación de una política urbana, referida al plan de ordenación del territorio. En un programa de desarrollo local, los empresarios hacen mezcla de recursos de poder con la administración local para sacar avante un sistema territorial de innovación. Una cámara de comercio local, puede ser delegada por el gobierno para que asuma competencias de resorte público como el ejercicio de la función de arbitramento en la población. Un proyecto de peatonalización del centro histórico de una ciudad, tramitado de manera unilateral por el gobierno local, expidiendo un acto administrativo que lo reglamenta, sin la concertación previa de los costes y beneficios de los actores potenciales, puede degenerar en el bloqueo de la decisión tomada y de paso contribuyendo a la corporativización de agentes en defensa de sus intereses. A este tipo de componente situacional le denominamos agente situacional.
En esa proyección, definimos un agente situacional como aquellos agentes naturales y desencadenantes que disponen de recursos que le permiten interactuar mediante negociaciones, influenciar sobre los demás actores del sistema y alcanzar objetivos en una situación de gobernanza.
Agentes situacionales son aquellos que por su misma naturaleza y características asumidas pertenecen a la red de relaciones que se conforman en la situación de gobernanza, adquiriendo un rol de protagonistas originales en las problemáticas y oportunidades en juego. Estos actores son de naturaleza privada y pública, los cuales contribuyen en términos generales a la representación de los intereses de dichos sectores en el proceso de la situación de gobernanza.
El entramado situacional en muchos casos no se circunscribe a la lógica de acción de agentes originarios de la sociedad en que se desenvuelve la situación de gobernanza. También puede incluir una condición supra e infraterritorial de actuación de agentes exógenos al sistema social en el que se despliega el contexto interactivo de gobernanza.
Se caracterizan, porque son agentes que cuentan con recursos de poder que le confieren capacidad para influenciar sobre los demás actores y sobre la toma de las decisiones en un contexto de gobernanza. Los recursos que ostentan, están determinados por el rol que desempeñan en las sociedades en que se desenvuelven y por las potencialidades que exhiben en el ejercicio de sus manifestaciones reivindicatorias de los sectores que representan. Con sus recursos de poder, los actores pueden socavar o ayudar en un proceso de gobernanza de una situación concreta. Estos recursos de poder le llamamos recursos situacionales, definiéndolos como la capacidad desplegada por el agente situacional para alcanzar sus objetivos dentro de la situación.
El hecho detonante se acompaña de un mecanismo impulsor que visibiliza la situación y deviene como forjador del contexto interactivo. Este elemento le llamaremos agente desencadenante, identificándole como el dispositivo que dinamiza la situación de gobernanza o el carburante que incita la situación. Estos pueden surgir como pioneros de un contexto interactivo en la gestión de problemáticas u oportunidades o en su defecto emergen de facto producto de la disfuncionalidad de un proceso emergiendo con posiciones reivindicatorias de carácter positivo o negativo.
Un actor desencadenante puede ser la Organización Mundial de la Salud cuando declara la emergencia de salud publica de interés internacional por la gravedad de la propagación del virus del coronavirus. Una Agencia Calificadora de Riesgo que disminuye su calificación hacia la deuda soberana de un país desarrollado, causando impacto en la estructura financiera internacional y de paso desatando una crisis. Un movimiento de juventudes asociado con ciberactivismo moviliza una revuelta en contra del régimen imperante. En Honduras, el aparato legislativo hace mezcla de recursos de poder con las fuerzas militares para derrocar al presidente en un clásico golpe legislativo. Un actor empresarial con su iniciativa logra generar una interrelación de actores públicos y privados para proyectar un plan de competitividad de un territorio.
En virtud de ello, los agentes situacionales los clasificamos en desencadenantes y naturales. Un agente situacional natural es un representante de los diversos segmentos sociales que tienen intereses en la situación de gobernanza. Un agente desencadenante son los actores ue surgen de fato o brindan disposición de protagonismo en el proceso situacional.
Los agentes situacionales engendran un contexto interactivo situacional en la consecución de objetivos en función de los intereses que representan en la situación.
La identificación de los actores en una situación concreta de gobernanza constituye un eslabón crucial en la estructura de análisis. Del juicioso análisis de las características de cada actor dependerá la comprensión tanto de los problemas y oportunidades de gobernanza existentes, como del diseño, aplicación y viabilidad de la situación planteada. En esa proyección, cada situación tendrá su grupo genérico de actores situacionales específicos, provenientes de la misma naturaleza de interrelación horizontal, la cual estará complementada con la dinámica de relacionamiento vertical que le atañe a cada sistema de gobernanza.
La concepción de actor de gobernanza, se encuentra asociada a la diversidad de problemáticas y oportunidades de nivel mundial, regional, nacional y local; en las cuales interactúan multiplicidad de agentes exhibiendo recursos y contraponiendo intereses en las redes situacionales que se conforman.
En esa proyección, definimos un actor situacional como un agente individual u corporativo operacionalmente autónomo el cual dispone de recursos que le permiten interactuar mediante negociaciones, influenciar sobre los demás actores del sistema y alcanzar objetivos en una situación de gobernanza.
5. El contexto interactivo situacional.
Cada situación de gobernanza genera su propio contexto interactivo, el cual forja niveles de interdependencia, agentes exhibiendo recursos de poder y mezcla de los mismos; dando lugar a negociaciones, pactos o disensos a su interior. Corresponden a hechos que proyectan la construcción interactiva en la cual los agentes situacionales establecen las finalidades de su acción.
El contexto interactivo de gobernanza situacional es un espacio interactivo espacial y temporal de agentes que se afectan mutuamente en la consecución de sus objetivos y en la toma final de decisiones. Es un lugar de gobernanza originado por un hecho detonante y por agentes desencadenantes que disparan la interactividad situacional. Está marcado por una influencia reciproca de afectación que genera relaciones de interdependencia de los agentes situacionales. Esta relación intrasituacional está sellada por procesos de negociación basados en el consenso o el conflicto de intereses en torno a problemáticas u oportunidades que ocurren en diversos sistemas sociales.
El contexto interactivo situacional adquiere una connotación reticular, en tanto fomenta un tejido situacional formado por agentes situacionales provenientes de parcelas de interés que persiguen objetivos en la situación. Este genera una estructura de interdependencia horizontal entre agentes situacionales naturales y desencadenantes, los cuales actúan mediante recursos situacionales en situaciones clásicas o contingentes. A esta estructura de relacionamiento le llamamos sistema de agentes situacionales, el cual definimos como el conjunto de piezas de intereses situacionales interactivos que conforman la situación de gobernanza. Se encuentra conformado por segmentos de agentes públicos y privados que cuentan con recursos situacionales para impactar en la interrelación situacional.
El contexto interactivo se encuentra bordeado por normas que orientan el proceder de los agentes. En ese espacio distinguimos las normas circundantes y las inmanentes. Por normas circundantes entendemos las reglas aplicables preexistentes provenientes de la organización social a la que se encuentra adscrito el contexto interactivo de gobernanza. Las normas inmanentes constituyen las normas de interacción común establecidas como usos y costumbre entre agentes para la toma de decisiones. Estas provienen de las reglas formales e informales establecidas producto del consenso de los agentes, las cuales marcan las pautas de relacionamiento en el contexto interactivo. Estas pautas de interacción condicionan la movilidad de los agentes situacionales.
Los agentes naturales y desencadenantes se movilizan en virtud de las pautas de interacción para la consecución de sus objetivos. Tanto los agentes naturales como los desencadenantes se desenvuelven en la situación de gobernanza movilizando recursos situacionales propios como también haciendo mezcla de recursos de poder entre ellos para materializar sus intereses. Sus efectos se patentizan en las actuaciones que lleven a cabo en el contexto interactivo para socavar o asumir una posición proactiva de gobernanza.
Para la diligencia de los recursos, los actores utilizan tácticas de relacionamiento transaccional y transformacional. El primero hace referencia al intercambio económico, político, o simbólico de una ventaja por otra entre los actores. La segunda depende de la decisión de asumir la función de ponerse al frente, procurar visión y sentido de la dirección, comunicar y construir confianza, para generar corresponsabilidad en la gestión de problemáticas y oportunidades.
Las situaciones de gobernanza crean su propio esquema de gobernación proveniente del contexto interactivo. El resultado de dicha interactividad en una situación de gobernanza se expresa en pactos y disconformidades situacionales, en el cual se incluyen las decisiones tomadas por los agentes situacionales producto de los arreglos que se configuren producto de la negociación de sus intereses o de las divergencias no arregladas.
 
 
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