Luis Ossio Sanjinez, in memoriam. Un buen político boliviano

Luis Ossio Sanjinez, in memoriam. Un buen político boliviano

María Teresa Ossio Bustillos

En este número donde la política toma especial atención en distintos países de Latinoamérica  queremos hacer un especial homenaje en memoria de un POLÍTICO BOLIVIANO, Luis Ossio Sanjinez,  fallecido el 27 de Septiembre en la ciudad de La Paz, Bolivia a los 85 años de edad.
Las mayúsculas pretenden hacer énfasis en la trayectoria política de un hombre público que entendió sin duda el sentido de la palabra “servidor público” y del significado de la “ética política”
Sin dudar que a su trayectoria como hombre de partido, como político al servicio de sus ideales y de su país le acompañaba el testimonio de vida como excelente profesional y especialmente en su bonhomía de su faceta familiar.
Altos dignatarios de Estado, Presidente de Bolivia Evo Morales Ayma, Vicepresidente de Bolivia Alvaro García Linera y los Presidentes de Cámara de Senadores y Diputados como representación política en funciones a tiempo de expresar sus condolencias hicieron referencia destacada además de su aporte y servicio a la democracia a la trayectoria intachable de este político boliviano, lo que se resumía en las declaraciones del Vicepresidente Garcia Linera quien decía que “el Ex Vicepresidente Luis Ossio Sanjinez (1989-93) fallecido el 27 de septiembre del año en curso era una persona íntegra y de una moral intachable y que nadie podía acusarle de algún acto irregular”
Muchas voces se sumaron a esas palabras, voces de distintas corrientes políticas, ex presidentes de Bolivia, líderes en función de gobierno y de la oposición, dirigentes y miembros de su partido, Partido Demócrata Cristiano, PDC, del que fue fundador y líder muchos años, familia, amigos y ciudadanía en general desde las redes sociales, quienes señalaban el papel de conciliador y de haber tenido un papel activo en la recuperación de la democracia en el año 1981-82, la dignificación e institucionalización de la Vicepresidencia, y un sinfín de proyectos realizados con su impulso, en el reflejo de esa trayectoria recordada las palabras más sobresalientes eran las de rectitud, corrección, honradez, integridad y ética.
Hoy nos permitimos tomar íntegramente las palabras de Cucho Jordán, publicado en el diario la Opinión, de Bolivia, el 3 de octubre de 2016 que expresan sin duda nuestro pensamiento sobre el reconocimiento a la honorabilidad, integridad y ética que se resaltaron durante varios días tanto en redes sociales como en opiniones de políticos bolivianos y de prensa nacional sobre quién era Luis Ossio Sanjinez.

“La antigua Roma exigía a sus ciudadanos la obligación de preservar, en su vida privada, las buenas costumbres heredadas de sus antepasados, vivir digna y honradamente, y dar cumplimiento a la palabra empeñada. A ello le llamaban estimatio, es decir demostrar y mantener la dignidad ilesa y comprobada. La vida pública no estaba exenta de exigencias que debían desempeñarse con honor y dedicación: “Si quieres hacerte útil a tu patria, no olvides la honra y la fidelidad”, decía Epicteto. El incumplimiento a tales requerimientos se hallaba sancionado con la infamia o nota censoria, una especie de muerte civil, un baldón, algo innombrable, ignominia la llamaban. La sociedad y las leyes condenaban acremente las inconductas, de contrario, exigían el perfeccionamiento de las cualidades humanas innatas, habida cuenta de que, siendo el hombre un ser perfectible, este tenía la obligación y la responsabilidad de sus propios actos y su destino.

En el transcurso de la historia de la humanidad, encontramos paradigmas de hombres honorables y dignos, que precisamente por su actuar se hallan registrados en los anales de la cultura humana, como ejemplos de sabiduría y prudencia. ¿Qué hubo de los otros? Ni duda cabe, estos se encuentran en el basurero de la memoria universal. La patria nuestra también puede preciarse de haber procreado hijos probos, honestos y rectos. Uno de ellos acaba de dejar este mundo e irse al más allá, dejándonos un nudo en la garganta, pero detrás suyo se perpetúa una estela luminosa y seguirá refulgiendo cual faro de referencias para las generaciones venideras.

La vida y el ejemplo que nos lega Luis OssioSanjinéz es difícil de compendiar en trazos ligeros y precisos. Tampoco los adjetivos nunca serán suficientes para englobar sus dotes personales. Este insigne hombre nacido en Potosí era, ni más ni menos, un constructor fatigoso del bien común, la justicia y la democracia. En esa ínclita tarea, siguió la doctrina social de la Iglesia, no como una mera adición a principios y prácticas rituales, sino con convicción y compromiso que emanaban de la razón y del espíritu. En esta tarea, se alineó y conformó partido junto a otros destacados e inolvidables líderes como Remo Di Natale y Benjamín Miguel, por citar a algunos, con quienes trabajó incansablemente por la construcción de un régimen de libertad y participación, llegando a ocupar el alto sitial de Vicepresidente de la República en ese esfuerzo. Dignificó esa magistratura con un desempeño transparente, efectivo y propositivo. Libre de ambiciones y figuración personal, jamás se le conoció más vanagloria que la humildad, el amor a su familia y una exacerbada vocación al servicio de la verdad y la justicia.

Nota aparte merecería la labor de Ossio Sanjinés como humanista y pensador, catedrático e historiador, abogado y consejero; así como en otros campos diversos en los que se enseñoreó, siempre con brillantez, y los cultivó con la sencillez de un orfebre, un constructor parsimonioso y fecundo. Bolivia jamás olvidará a su Vicepresidente honorable. Paz en la tumba de este hombre honradamente fiel en toda circunstancia.”

En tiempos en los que la desafección política es un calificativo de uso corriente y que la corrupción en el servicio público cruza nuestros continentes sin distinción ni ideología creemos que es relevante recordar que la política en sí misma no es la mala, que el oficio político tiene buenos y malos políticos. Por ello hacer referencia como homenaje póstumo a un buen político latinoamericano es reconocer que hacer buena política es posible.

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